Casualidad
o realidad, no hay mejor explicación que la que uno percibe al ver un cuadro de
Leonardo: además de un gran maestro de la pintura fue también un gran escritor
de la pintura.
Vemos
en este paisaje rocoso: el puente, caminos, el río en forma de «S»; en la
frente de la Virgen, un velo; el niño con la cruz de San Juan y con su gesto
del dedo índice; el lugar escogido para el retrato, un precipicio; el cuerpo de
la Virgen, girado, como si fuera el único apoyo del niño, por lo que también
creo que en la representación existe una ausencia de cariño,
dado que el poco acercamiento que hay es el de la mano izquierda que sujeta.
Digo esto porque el niño se encuentra en las rocas, no en la rodilla de María.
3 comentarios:
no se que es bien pero yo veo como si fuera otro niño hay debajo como si le diera pena mostrarlo
puede que lo que quiera decir sea eso... el que falta nunca existió...
hablo de Jesús
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